domingo, 26 de julio de 2015

Nuevos flaneurs del rock: Huevo en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.

ph MR
Resignificar un espacio siempre resulta interesante.El ejercicio de llover de nuevas historias las experiencias viejas o, en este caso, las más tristes de una época. Esas vivencias que por mucho tiempo permanecieron  condensadas en la oscuridad de nuestros relatos y 
hace algunos años que dejaron de respirar quietas. Empezaron a moverse, a contarse y a juntarse con otras,afortunadamente, más cercanas a la vida y al respeto.

Subí al 15 corriendo, saludé al chofer y le dije que iba “hasta el Conti”.“¿Qué es eso?”, me dijo. Respondí que era la ex ESMA. Me dijo sorprendido que no sabía que ahora se llamaba así. “Sí, le cambiaron el nombre…menos mal”, le contesté. El pibe sonrió.

El Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti tiene un camino de muestras y actividades ligadas a los Derechos Humanos. Propuestas superadoras que proponen recordar y también, despertar aquello dormido o desconocido. Romper con lo naturalizado, conscientes del pasado y el presente. Dar lugar al quiebre necesario para dejar entrar el pulso nuevo y espabilado.

extraída del facebook de la banda.
El viernes 24 de julio, dentro de   estas invitaciones  superadoras, estaba Huevo. Una banda compuesta por cuatro integrantes que se presentaron a las 21 hs en una de las salas del Conti. 

Hubo un despliegue de notas y  lunfardo de sangre joven. Se recuperó la energía citadina con su “rock groovero”, como lo define el cantante.

Julián Baglietto en voz, Sebastián Lans en guitarra, Julián Lopez Pisani en el bajo y Tomás Sainz en batería, se comunicaban en perfecta armonía, poseídos por los dominios de cada instrumento.


 
ph Daniela Malagrino Fotografía 
 En un escenario grande, reflejado    por  luces propias de un paisaje  fantástico, Julián Baglietto sedujo al  público presente con su voz suave y  sus interpretaciones juglares. Un  alcance vocal y una inventiva  interesante para una presentación  en vivo.

 Los músicos dialogaron en  perfecta    afinación sin dormirse en  esa  búsqueda: guitarra, bajo y  batería  se manifestaron inquietos,  irreverentes. 

Entre el público, los hombres acompañaban con la cabeza y  sus ojos cerrados; las damas acompañaban ese movimiento con algunos piernas chuecas; hijas de caderas con funk.

Huevo presentó su primer disco, editado en el 2014, “Las Mil Diabluras”, escoltado por un tema perteneciente al nuevo disco en gestación y el cover de una canción de Fito Paez (“Ciudad de pobre corazones”).
ph Daniela Malagrino Fotografía

La banda propuso universos interesantes en sus canciones: estas recogen historias embebidas en la ciudad y en sus formas de decir. Juegan con el doble sentido: contagian relatos simples con surrealismo.  

Si escuchabas con atención se resaltaban influencias musicales nacionales e internacionales resignificadas,  como todas las actividades propuestas por el centro. Como su existencia misma.

Huevo arrancó con el primer tema de su disco “Un día en Serrano” y se despidió contándonos sobre su próxima presentación en la cúpula del Centro Cultural Kirchner.Les propongo un recorrido similar. Una banda nueva para dejarse interpelar sin prejuicios.


Links para el camino;

No hay comentarios.:

Publicar un comentario