miércoles, 24 de junio de 2015

Prometidos de carne, lánguidos, impalpables, uníos!

El sábado pasado en el Teatro Margarita Xirgu,  junto a un grupo de personas decidimos abandonar la pregunta  por la semántica de las canciones.
Dejamos por dos horas de pensar en el antes y después de las metáforas.
Decidimos mirar atentos el momento de creación.
La génesis del mito.
Y el origen de lo real también.
Entonces entendimos que ninguna creación es ex nihilo.
Comprendimos que el hombre crea y se une a otros hombres para bailar entre símbolos.
Para entender, para embellecer, para romper la insoportable existencia dormida de los niños de oro.

Si las ideas se contagian, si las intenciones coinciden en un espacio-tiempo, se alinea entonces un circuito de voluntades que  acompañan hasta el final.

“El alucinante viaje de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota” relata ese momento, ese espacio-tiempo. Las voces y mentes presentes entonces, cuando los redondos aún no eran tales se escuchan en una perfecta edición, marcada por una linealidad en lo que hace a la historia, pero atravesado por lo inesperado: imágenes inéditas de cortos y  las primeras presentaciones de la banda.

Comando Luddista, el grupo responsable de este viaje en el tiempo, marca los comienzos a través del relato de Guillermo Beilinson- hermano de Skay- sobre un viaje adolescente a finales de los 60, donde las vanguardias comenzaban a avivar ideas, a abrazarlas.

Esa voz inicial es acompañada por otras a lo largo del documental que giran alrededor del trabajo en equipo y de las mentes ardientes.Un año de la fiebre que terminó extendiéndose veinticinco años más (1976- 2001).

El inicio de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, es ruidoso, eléctrico y ecléctico.
Es el resultado de muchas búsquedas creativas que no sólo giraban alrededor de la música sino que buscaban múltiples canales de expresión: teatrales, audiovisuales, de humor irreverente.

El contexto histórico yace silencioso a lo largo del documental, registros de la historia internacional y nacional sin palabras que logren saturar: todo está allí esperando ser descubierto.

Comando Luddista propone en su documental que el arte y la genialidad de los proyectos demandan ideas atrevidas, pero también trabajo y organización. Dejan así una intención latente, un impulso  hacia la creación, un salto a la pura suerte.

También  decidieron mostrar escenas de ese primer viaje a Salta de la banda. Nos invitan a proyectarnos en una eterna juventud de anhelos rupturistas ante todo aquello que se conserva.

Nos cuentan las particularidades de esas primeras presentaciones y las historias alrededor de la grabación del primer disco ( Gulp!). Los testimonios son vivos, son parte de ese proceso de experimentación originario que reunía a actores, monologuistas, bailarinas, músicos y al maestro de ceremonias de esos rituales “dionisíacos”, como describe Guillermo Beilinson.

El documental no abandona nunca el sesgo mitológico que envuelve a la banda. Al final de la proyección quedamos flameando, agitando los brazos en un canto de pulmones explotados, dejando a su paso un infierno encantador. Una vez más se comieron nuestro dolor, salvaron nuestra noche.






Próximas proyecciones:

domingo, 7 de junio de 2015

Desestructurados: Negro Descapotable &Las Consolas y 0+

Cuántas relaciones establecemos con la música?
Cómo la definimos?
Cómo interpretamos los movimientos ajenos?
Qué sucede si voluntariamente cerramos los ojos en un espacio público?
Cuáles son los elementos que nos permiten definir la legitimidad de una obra?
Qué es arte? qué no lo es?
Qué esperamos de las estructuras?
Existen condicionamientos flexibles?
Se puede crear ex nihilo?

Movimientos  corporales (muchos de ellos involuntarios) atraídos por el fluir de la música. Canciones que nacían, se desarrollaban y morían sin razón. O con razón, daba igual.

Crecían las notas y sus intensidades hasta hacernos creer que no había elementos.
Hasta mentirnos como Orson Welles hizo en la radio setenta y siete años atrás.
Apuesto a que todos creímos que los hombres en escena sólo movían compulsivamente sus dedos largos y sus rodillas quebradas. Que se movían como extraterrestres invadiendo la parte blanda del pecho. Que se encontraban bailando sin coreografía, sin pasos establecidos, sin instrumentos. Personas e instrumentos se daban el lujo de aparecer y desaparecer. De vivir y morir a voluntad.
Sólo quedaban cabezas colgando y girando en un compromiso de verdad.
Un acuerdo de lealtad, sin palabras que lo sellen.

Algunos nos encontrábamos más involucrados que otros, como sucede en algunos de estos espacios.
Los espacios culturales de capital tienen verdad y pose en igual medida.
Poseen propuestas interesantes pero todo se mezcla en un deber ser en ocasiones incompatible.
Como nos cantaba el flaco Spinetta: “Ya no poses nena, todo eso es en vano, como no dormir”. Y a partir de ese lema, uno anda en la vida tratando de dormir mejor.

Tocaron dos bandas  el viernes pasado alrededor de las nueve de la noche en Roseti: Negro Descapotable &Las Consolas y 0+.Los párrafos anteriores devienen de esa experiencia que recomiendo cuál actriz publicitaria.

Las bandas estaban compuestas sólo por hombres, sin letras ni voces; sólo bajos, guitarras y batería. La energía femenina intervino (a menos de modo evidente) a través de las dos chicas que bailaron  frente a la primera banda. Estaba sentada en el piso y su primera aparición me enredó por un momento: la primera valiente se arrastró  justo enfrente mío. Me cohibieron.

Pude percibir influencias de otras obras hermosas como las creadas por Radiohead o Invisible. Y también se  mezclaron notas de un rock más pesado, pero ya no pude identificar las huellas con tanta claridad.

Después de las bandas,  compartí un guiso. Parte de la oferta culinaria del espacio, junto a empanadas y tortas de chocolate violento.

Nos retiramos relativamente temprano. El viernes había terminado, pero ya habían empezado las preguntas del inicio de esta crónica.

Para conocer a las bandas,"linkee" con confianza:

Negro Descapotable &Las Consolas 

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