sábado, 8 de agosto de 2015

naranja.

El juego consiste en leer el texto mientras suena Charly.
Consiste en llenar de sentido a la imagen y las palabras.
Se trata de un juego. Sin mayores ni menores pretensiones:


 Me encuentro en  la séptima canción.
 Podría reconocerme a pesar de las alas húmedas.

Años atrás,  eso había comenzado como un juego.
Tiempo después, derivó en la muerte de la mosca.
Entonces dejó de hacerme gracia.

ph Daniela Malagrino Fotografía
Recuerdo que ahí comenzó la búsqueda.
Allí, mientras los focos titilaban de lluvia.
Por días enteros busqué a LA mosca.
Luego, fue una mosca.
Finalmente, dejé de buscar.
Recuerdo que ahí comenzó la búsqueda.

En esos días, antes de dormir recitaba las siguientes frases:

“La densidad agita las cabezas que no pueden dejar de pensar.
La gente disfrazada da miedo.
Las moscas se reproducirán eternamente, mientras viva”

Siempre antes de dormir. Nunca después.
Al día siguiente lo olvidaba todo. O eso pretendía.

Pero la noche siempre llegaba.

La primera vez que me sentí bella, vestía un color naranja.
Las moscas no existían más.
Por eso ya no morían. Pero tampoco vivían.
Eso me asustaba.
Cuando comenzó la búsqueda, también llegó la fiera de almohadones.
Por ese entonces comencé a dormir en el sol.
Cerraba los ojos, embelesada por su luz, y me dormía.
Serena de fantasías.
Las letras de los libros que leía  se nublaban, y sus personajes se sentían libres.

Libres como yo me siento ahora, con las alas húmedas, enredada en la séptima canción, y naranja.Completamente naranja.

Porque el día siempre llega.

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