sábado, 4 de noviembre de 2017

La juventud negada: Facfolc, un manto de neblina

Habilitan la sala y subimos unas escaleras. Desde el marco de la puerta, se huele aroma a tierra fresca. Atravesamos el espacio a media luz, las butacas y personajes esperan ser encontrados. No existe un telón, no se oscurece la sala para dar comienzo, no se oye música para indicar su inicio: los actores se vuelven personajes como en una especie de continuidad con la vida. Un reflector apunta la crudeza de sus rostros; “FacFolc” habla de la guerra de Malvinas.

Antonio nos cuenta su experiencia en esa guerra de 1982. El tramo final de la dictadura iniciada en 1976, el último intento de las Fuerzas Armadas por sostener un relato de reorganización nacional: la defensa de la patria frente a agentes externos. Un argumento absurdo que unido a la anestesia propiciada por el mundial de fútbol y el ocultamiento de los medios masivos nacionales, hacía de la guerra un espectáculo.  “FacFolc” destruye las trincheras locales: devela gran parte de la sociedad escondida en el mito de una guerra satisfactoria.


La experiencia del protagonista, viene a denunciar ese relato trunco. Nos habla desde una adolescencia corrompida, que termina de quebrarse el día que lo citan para pelear en las islas del sur. La narrativa de la obra es heterogénea, y no se detiene en una única faceta de la guerra. La concibe eternamente maldita: no tiene un final, es una daga que lo atraviesa todo. Los personajes repiten el parlamento como trayendo un eco doloroso e intenso. Antonio y sus compañeros de la guerra, lloran del miedo, tiemblan del hambre y guardan un grito desesperado por su madre.


Allí entramos en otro hilo conductor del relato: la despedida del protagonista y su madre Teresa. El recuerdo de este adolescente se dispara como una fotografía desde distintos ángulos: en uno la preocupación maternal, en otro la desesperación por negar la gravedad de esa citación; y finalmente el gesto que emerge como huella necesaria, a la que uno recurre cuando el mundo duele: la caricia del ser querido. Aquí la madre, que se aferra a sus piernas y se abraza a sus rodillas para no dejarlo ir. Esta escena se repite y suma elementos cada vez, como suspiros largos, que nos permiten presenciar esa partida. Aquella  insistencia no deja de reparar en el rol de hijo de los Antonios que fueron a Malvinas.  La inocencia de esos jóvenes -sus recuerdos felices- , son traídos a escena, para ser rápidamente asaltados.


De ese modo, la memoria no se detiene en el fracaso que representa por sí misma la guerra, también nos recuerda sobre otras adolescencias bastardeadas de los años anteriores a la misma. Los jóvenes universitarios militantes secuestrados con violencia y sometidos a la tortura. Antonio también recuerda a su amigo desaparecido.  


La estructura narrativa de la obra, escrita y dirigida por Fernando Locatelli; no es lineal, sino que da cuenta de la influencia  agobiante que aquellos recuerdos generan en el protagonista. A través de una dramaturgia contundente pero alejada de mensajes encriptados, “FacFolc” nos devuelve imágenes sensibles y metáforas inequívocas. La  conciliación precisa de musicalización e iluminación se solidariza con el alcance certero de la obra.

Asimismo, la composición versatil  de Cristian Aguirre, Guido Díaz y  Guillermo Mac Donell - los tres actores en escena - , es un elemento determinante de la representación. Cada uno interpreta más de un personaje, incluso el mismo; en distintas épocas y circunstancias. Lo hacen de un modo minucioso y fiel. Atentos a los detalles, recrean figuras y acontecimientos que implican un trabajo corporal intenso. En aquellos yeites, logramos apreciar la singularidad de los recursos que ofrece la representación teatral.

“FacFolc” es un regreso necesario. Desde un abordaje poco explorado, la experiencia adolescente en primera persona, la obra reconstruye la memoria como lo que es: la retención  fluctuante y aprendida de nuestras experiencias. En aquella sinceridad, reside  su particularidad, que sin caer en lugares bajos; sostiene su agudeza, incluso en el final.





*Las imágenes pertenecen a Marcia Ruetsch - fb M.R. Audiovisuales/ marciaruetsch.wixsite.com/audiovisuales



Ficha técnico artística
Dirección y Dramaturgia: Fernando Locatelli
Actúan: Cristian Aguirre, Guido Díaz, Guillermo Mac Donell
Fotografía: Gustavo Marión
Entrenamiento corporal: Julie Cristal
Asistencia de dirección: Ángeles Clavijo
Coreografía: Julie Cristal



KOWALSKI CLUB DE CULTURA
Billinghurst 835  - Capital Federal
Reservas: 2060-6493

Entrada: $ 180,00 / $ 120,00 - Sábado - 22:30 hs - Hasta el 16/12/2017

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