El Club Cultural Matienzo está llevando a cabo una muestra llamada Ciclo
Cuerpos en la cual invita a un grupo de artistas audiovisuales y bailarines a
exponer sus creaciones.
El domingo 29 de marzo se proyectaron en una de las salas del Matienzo,
cuatro cortos: Ana Kamien de Marcelo
Epstein y Ana Kamien, Arena de
Margarita Bali, Crazy de Daniel Böhm
y Mariana Blutrach , Tropismo de Qui
Binetti y Gustavo Crivilone e Inscontante de Rocio Gauna y María
Victoria Ferrari.
Al final de las proyecciones, los autores nos contaron sobre su
experiencia y la búsqueda intencional de sus obras. El encuentro entre las
huellas de producción y de reconocimiento puede alimentar o empobrecer una
expresión artística. En este caso se enriqueció mi experiencia y me permitió conocer
las anécdotas que circularon en el momento creativo de estos cortos.
Todo los films tenían como centro de la trama al cuerpo, que se
expresaba en cada caso, como personaje,
como guión y como actor a la vez. Variaban los escenarios y las elecciones de
los directores y coreógrafos expresaban ideas diferentes, pero todas regresaban
al cuerpo y sus peripecias expresivas.
El tratamiento de las obras profundiza las oportunidades que los recursos audiovisuales habilitan a la hora de
narrar una historia. Algunos de los
cortos, desarrollaban historias netamente surrealistas y otras, en algunos
casos a través de la linealidad
narrativa, se inmiscuían en cuestiones psicológicas y filosóficas.
Respecto a esta última categoría, hubo un corto en el que me interesaría
detenerme: Inconstante. Se trató de
una puesta reflexiva acerca de un tópico eterno: la muerte. Cuatro mujeres
grandes, cerca de su vejez, parecen detenerse en paisajes fríos y movimientos
lentos, como a la espera de un final inexorable.
Jugando entre paisajes costeros, locaciones interiores y un gran
acompañamiento musical, las directoras nos hicieron entrar en un otoño repleto de quietud.
Sin embargo, a medida que el corto se proyectaba, los movimientos de
esas mujeres aumentaban su intensidad, hasta redimirlas
casi por completo.Hasta bañarlas de rosas.
En la aceptación parecen encontrar la mueca, en la compresión de
lo inconstante que es un cuerpo en esta vida. Todo lo eterno yace en otra
materialidad que nos excede casi por
completo.
Dos diseñadoras de Imagen y Sonido de la UBA, una coreógrafa, cuatro actrices y un equipo
de producción dieron vida a una reflexión interesante sobre la parca, sin
utilizar las palabras.
Me detuve en este corto por la identificación propia y la de mis
generaciones familiares anteriores con
esas mujeres; por mi apoyo y respeto a la educación pública y por mi admiración hacia aquellos que se dedican a sus proyectos independientes.
Como decía Galeano “el cuerpo dice: yo soy una fiesta”. Ambas directoras
supieron tratarlo de una manera bella y delicada. Sin doctrinas, aceptando su propia
sustancia inconstante.
Los tendré advertidos ante su próxima proyección.