Vi la debilidad en toda su existencia.
En sus tetas lastimadas por una calle
violenta y por ausencias.
La misma calle que la había embarazado hace
poco tiempo.
El elixir de la creación había recorrido su
cuerpo, dejando marcas.
Las canas cubrían sus pelos.Sus pelos
cubiertos de canas. Los años la habían atravesado, también dejando su huella.
Sus ojos aún conservaban el deseo y la
esperanza de un nuevo amor.
Ese impulso innato que nos hace despertar
cada día, creyendo justificar así nuestra existencia.Avanza con sus cuatro patas y sigue al
bípedo que la vio en medio de tantos ojos esquivos.
Pensamientos de un futuro mejor la invaden,
se nota en su cola en alto y su andar joven.A pesar de sus tetas lastimadas y de su
tristeza, la perra enana se hace grande.Deja brillo tras su andar que pretende ser
joven, que pretende ser feliz.
A pesar de sus tetas lastimadas.